30 junio 2014

Homilía del 22 de junio de 2014 - Fiesta de Corpus Christi

Hoy es fiesta, fiesta, como cada domingo, pero de manera especial hoy, nos reunimos en torno a la mesa de la Vida, de la Fiesta, del gozo, de la salvación… cuanto significado en una única mesa… y cuanto banalizamos un encuentro de tanta profundidad, cómo el que hoy celebramos con solemnidad especial, y semana a semana vivimos con intensidad. Digo que banalizamos, porque no siempre le damos prioridad, no siempre tenemos en cuenta el verdadero y profundo significado de la misa, nos contentamos con decirnos si es más larga, si es más breve, si es divertida o no; sin caer en la cuenta de que por naturaleza, la misa no es un show, no es un entretenimiento, no es un pasatiempo. O sea que cualquiera de esas afirmaciones son un sinsentido en sí mismas. Ni la misa, ni un casamiento, ni un bautismo son eventos sociales, en ellos no cuentan las apariencias, aunque lamentablemente, en no pocas ocasiones debamos constatar que preocupa más el aparentar, entretener que celebrar la fe.